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TDAH / DÉFICIT DE ATENCIÓN / HIPERACTIVIDAD

El Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (T.D.A.H.), presenta una serie de síntomas agrupados en tres áreas concretas:

  • Déficit de atención: el niño no termina sus tareas, pero no porque no sepa hacerlas, sino porque se cansa rápidamente y no puede mantener el nivel de atención necesario para realizarlas. Le cuesta atender a los detalles, parece que no escucha cuando le hablan, no sigue instrucciones, tiene problemas para organizarse y se distrae fácilmente.
  • Hiperactividad: elevada energía, su comportamiento no tiene descanso. Se muestran inquietos, con movimientos de manos y pies, abandonan el asiento en clase o en otras situaciones en las que deben permanecer sentados, trepan o corretean en exceso en situaciones inapropiadas.
  • Impulsividad: falta de autocontrol en la realización de actividades potencialmente peligrosas para el niño o molestas para los demás. Interrumpen frecuentemente o se inmiscuyen en las actividades de los demás. Les cuesta respetar el turno y dan respuestas antes de que acaben las preguntas.

Paso a enumerar los considerados por el DSM V como básicos, aunque yo añadiré unos cuantos más que he podido constatar del estudio y la clínica de mis años de profesión.

 

Síntomas más frecuentes:

  • A menudo no presta atención suficiente a los detalles, tienen errores por descuido en las tareas escolares, o en otras actividades. El trabajo suele ser sucio y descuidado.
  • A menudo tienen dificultades para mantener la atención en tareas o actividades de juego.
  • A menudo parecen no escuchar cuando se les habla directamente, parecen tener la mente en otro lugar, como si no escucharan.
  • Tienen dificultades para organizar tareas o actividades.
  • A menudo evitan situaciones que exigen una dedicación personal y una notable concentración.
  • A menudo extravían objetos necesarios para tareas o actividades o bien suelen tratarlos sin cuidado.
  • A menudo se distraen fácilmente por estímulos irrelevantes, pueden dejar las tareas que están realizando para atender a ruidos o hechos triviales.
  • Son olvidadizos en sus tareas cotidianas.
  • Suelen mover en exceso manos o pies y se retuercen en su asiento.
  • A menudo abandonan su asiento en clase y corren o saltan en situaciones en las que resulta inadecuado hacerlo.
  • Están continuamente en marcha.
  • Les puede costar trabajo jugar tranquilamente o dedicarse a actividades de ocio.
  • Suelen dar respuestas precipitadas, antes de que las preguntas se acaben de formular.
  • Dificultades para guardar turno.
  • A menudo se inmiscuyen o entorpecen los asuntos de los demás, tocan cosas que no deben, hacen payasadas…

 

En el ámbito escolar:

  • Tienen amplias variaciones en sus respuestas, lo que ayer realizó perfectamente esta hoy es le cuesta.
  • Alteraciones en la motricidad, que puede variar desde la simple torpeza motriz hasta problemas motrices más importantes. Estas dificultades se agudizan cuando se trata de realizar secuencias rítmicas.
  • Dificultades en la escritura. Su escritura y sus tareas gráficas suelen ser muy deficientes, desordenadas con una pésima orientación en el papel.
  • Dificultades en el ritmo que se puede observar en la lectura. Estas dificultades en lectoescritura suelen conformar una “dislexia”, trastorno que suele acompañar a los niños hiperactivos.
  • En cuanto al aspecto personal, son niños con una emotividad muy lábil, cambian frecuentemente de humor, pueden pasar de la risa al llanto con cierta facilidad, suelen ser niños muy explosivos, de rabietas, con exageradas reacciones ante las frustraciones y pueden tener dificultades de relación.

 

En la familia:

  • Suelen ser el punto central de las discusiones familiares, puesto que son niños que “desquician” fácilmente y no siempre se sabe cómo tratarlos por lo que se producen enfrentamientos en la familia.
  • Cuanto más pequeños son, más evidentes son los síntomas de este trastorno.
  • Son niños que se levantan constantemente de la mesa a la hora de las comidas, mientras miran la televisión, o durante la realización de tareas escolares.
  • En ocasiones son capaces de estar bastante tiempo atentos, con los videojuegos por ejemplo, lo que despista aún más a los padres, existen situaciones en las que si se hallan bajo un control muy estricto, o si se trata de alguna novedad , como actividades interesantes o bien cuando obtienen gratificaciones constantes por el comportamiento adecuado, pueden llegar a controlarse algo más.

 

Cuando son algo más mayores al final de la edad infantil y en la adolescencia la hiperactividad motora va disminuyendo con lo que los síntomas se reducen a una cierta inquietud motora y sensación de desazón, la desatención afecta al rendimiento escolar y suelen presentar problemas de conducta y de aceptación de las normas.

En la población infantil existe aproximadamente un 5% de niños en edad escolar que presentan este “síndrome”, aunque desgraciadamente la mayoría no diagnosticados. Se les suele tratar como niños con problemas de conducta, cuando en realidad son niños que necesitan un tratamiento especial (la mayoría de las veces un tratamiento farmacológico junto con reeducación) y sobretodo y principalmente un diagnóstico adecuado que arroje a padres y profesores una luz sobre el problema.

La intervención y tratamiento de la hiperactividad se desarrolla a partir de dos modalidades terapéuticas distintas y complementarias: tratamiento farmacológico y tratamiento psicológico.

La intervención psicológica que se lleva a cabo en PSB clinic consiste en un programa integral (mejora atención, modificación de conducta, escuela de padres, reflexividad, autoinstrucciones, relajación, habilidades sociales, etc.) que pone en marcha diferentes técnicas y estrategias. Algunas de ellas son específicas para el niño y otras están destinadas a entrenar y dar pautas a padres y educadores, tanto en el ámbito escolar como en el familiar.

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